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viernes, 15 de enero de 2010

¿QUÉ ES REIKI?

Se llama Reiki o curación energética a la canalización de energía curadora. El canal suele ser una persona y la energía curadora es transferida al paciente a través de las manos del sanador. La curación, no obstante, no procede de él, sino a través de él. Reiki es un sistema dentro de las técnicas de curación energética.

La palabra Reiki es de origen japonés y está compuesta por dos sílabas: “Rei”, que significa “energía universal”, y “Ki”, que significa “energía vital”. Cuando el “Ki” no fluye, los órganos no reciben la cantidad de energía que necesitan para su óptimo funcionamiento, manifestándose entonces la enfermedad. Un flujo continuo y armónico del “Ki” incide favorablemente en la salud del individuo.

Para los médicos occidentales, la enfermedad se produce cuando un órgano o sistema no hace su trabajo habitual, en tanto que para los orientales, ésta se produce debido a un desequilibrio energético general. Dicho desequilibrio viene dado por diversas alteraciones que se producen en el fluido vital o “Ki”.

Partiendo de estas dos visiones, se han desarrollado dos métodos de curación muy diferentes: el primero se dirige a restaurar la función del órgano dañado; el segundo, a restaurar el equilibrio energético de todo el cuerpo.

Para comprender esto último, es necesario aceptar el hecho de que el ser humano no es sólo un cuerpo físico; también tiene mente, emociones y espíritu y que el proceso de curación del organismo no puede realizarse de manera completa y satisfactoria si no se produce, al mismo tiempo, una toma de conciencia de su realidad existencial a otros niveles (mental y emocional).

El sistema oriental no sólo tiene en cuenta los hábitos de vida cotidianos del paciente, sino también su evolución emocional y espiritual, ya que considera los cuerpos emocional y mental tan importantes como el cuerpo físico. Si uno enferma, es todo el conjunto el que ha perdido la salud.

Como el resto de las terapias de origen oriental (acupuntura, shiatsu, yoga, tai-chi, chi-kung, etc.) Reiki contempla a la persona desde un punto de vista energético; el ser humano existe en diferentes niveles: físico, emocional, mental y espiritual. El objetivo de Reiki es equilibrar la energía del cuerpo físico del sujeto y con ello las emociones y el espíritu, a través de la activación de los mecanismos de autocuración del propio organismo. La energía Reiki armoniza y reequilibra el flujo energético en nuestro cuerpo físico, actuando de manera simultánea en los niveles mental, emocional y espiritual.


Reiki trabaja sobre los chakras, que son puertas por las que penetra la fuerza vital. La palabra chakra, es de origen sánscrito y significa “rueda”. Se emplea para definir los vórtices energéticos que hay en el cuerpo humano. Los más importantes son 7 que se distribuyen en el tronco y la cabeza. Su función es energizar el cuerpo aural y con ello el organismo. Cuando se produce esta energización o “apertura”, el sujeto adquiere una conciencia especial de sí mismo y del entorno ya que cada uno de los chakras se relaciona con diferentes funciones físicas, psicológicas y espirituales.

En el sistema de chakras la energía fluye de dos maneras: verticalmente (pasando por todos) y horizontalmente (pasando por cada chakra). El canal vertical representa la conexión entre la materia y la consciencia (entre la tierra y el cielo). Para el pleno funcionamiento del sistema cada extremo del canal debe hallarse abierto y conectado a la fuente de energía.

Las dos corrientes existentes (ascendente – de la tierra al cielo, y descendente – en el sentido contrario), pueden resultar alteradas por un desequilibrio en cualquiera de los chakras situados entre ambos extremos. Cada chakra es una combinación de energía telúrica y cósmica; la razón entre ambos tipos de energía determinará lo que exprese el chakra propiamente dicho. Cada canal toma la energía de la fuente, tanto la cósmica como la material, y la utiliza para su interacción con el mundo exterior; en esta interacción también se absorbe energía del mundo para que entre en combinación con la fuente.

LOS CHAKRAS:

1º - Chakra Raíz.

Se localiza entre el orificio anal y los órganos genitales. Este chakra se relaciona con la fuerza vital, es el que tiene un vínculo más fuerte con el cuerpo físico.

Si el primer chakra se encuentra abierto podemos experimentar vitalidad y entusiasmo ante la vida. Si está bloqueado, el flujo ascendente de energía liberadora queda cerrado. En este caso podrían proliferar las ideas y ser alto nuestro grado de creatividad y de lucidez, pero no lograremos rematar nuestros proyectos ni poner en orden nuestra vida. A nivel psicológico puede dar origen al estrés y la ansiedad, basados en el miedo a enfrentarse a los problemas cotidianos.

La energización de este chakra tendrá un beneficio directo sobre la salud física y cambiará, en gran medida, la disposición de ánimo y el optimismo que se sienta con respecto a nuestros quehaceres cotidianos.

2º - Chakra Sacro.

Está situado a unos 4 dedos por debajo del ombligo. Se relaciona con el cuerpo emocional, con los afectos, con la valoración que se tiene de uno mismo y con la capacidad de dar amor.

Si este chakra está bloqueado es probable que encontremos dificultades a la hora de desarrollar nuestras habilidades sociales y que suframos problemas relacionados con la autoestima.

Es adecuado trabajar este chakra siempre que haya conflictos psicológicos: en procesos de angustia o depresión, ansiedad, temores, etc. Clásicamente se considera este chakra como centro de la sexualidad, de las emociones, la sensación, el placer, el movimiento y el instinto de protección.

3º - Chakra Plexo Solar.

Se encuentra entre el ombligo y la boca del estómago. Está relacionado con el mundo mental y, sobre todo, con el hemisferio izquierdo del cerebro. Es responsable de las creencias en las que nos apoyamos para construir nuestra vida y de las teorías que elaboramos para comprender lo que nos rodea. El tercer chakra rige el sistema metabólico y es el responsable de la regulación y la distribución de la energía metabólica por todo el organismo.

Se debe trabajar este chakra cuando aparecen bloqueos intelectuales, ideas negativas persistentes y formas incorrectas de pensamiento.

4º - Chakra Corazón.

Se encuentra a la altura del corazón, junto al plexo cardíaco. Está vinculado con el amor a un nivel superior y universal. Propicia la integración con uno mismo y con el universo. No tiene control sobre las emociones, sino sobre los afectos profundos, elaborados y duraderos. Cuando está abierto promueve una actitud confiada hacia los demás así como el desarrollo espiritual y el aumento de la empatía. Si está muy abierto puede dar como resultado cierta prepotencia que surge de creer saber más de lo que conviene a otros que ellos mismos.

Energizar este chakra ayudará a desarrollar la tolerancia, la solidaridad y la voluntad actuar en favor de los demás.

5º - Chakra Garganta.

Ubicado en la base de la laringe, en el hueco que forma la articulación de las clavículas con el esternón. Está relacionado con la capacidad de comunicarse, de hacerse entender por los demás. Su bloqueo implica dificultades para expresarse, hacerse entender o transmitir los sentimientos o pensamientos.

El correcto fluir de la energía en está zona confiere seguridad a las palabras que son pronunciadas. También favorece todo tipo de intercambios con el medio.

6º - Chakra Tercer Ojo.

Está situado en el entrecejo, parte media del cráneo, detrás de la frente y a nivel de los ojos o algo más arriba. Este centro tiene una doble naturaleza: recibir imágenes por la percepción, pero también formar imágenes a través de las cuales nos adueñamos de nuestra realidad, mediante un proceso conocido como “visualización creativa”.

Está relacionado con la conciencia superior, con el despertar a una forma diferente de concebir la realidad y el mundo. Abierto propicia el desarrollo de conductas espiritualmente elevadas, los procesos mentales necesarios para el desarrollo de la personalidad y de la espiritualidad permitiendo alcanzar el despertar de la conciencia superior.

Energizar este chakra es importante en personas excesivamente racionales.

7º – Chakra Corona

Se localiza en la parte superior de la cabeza, en la coronilla, y por él entra la energía Reiki cada vez que se establece la conexión. Es el centro de la conciencia cósmica. El elemento de este chakra es el pensamiento, su función estriba en entender, lo mismo que los chakras anteriores correspondían a las funciones de ver, hablar, actuar, sentir... La función que llamamos entendimiento implica una atención enfocada. Para que se abra el entendimiento es preciso que nos mantengamos conscientes de hacia dónde se dirige nuestra atención.

Allí donde está tu atención, allí estás tú. Donde pones tu atención, en eso te conviertes”.

El chakra corona se vincula a lo que nosotros experimentamos como la mente. Fisiológicamente guarda relación con el cerebro, especialmente con la parte superior o córtex cerebral.

Se podría decir que recibimos y asimilamos la mayor parte de nuestro conocimiento desde un lugar interior que es nuestro cerebro. Este lugar interior es la sede de la conciencia y el origen de la manifestación. Todos los actos creadores comienzan por una concepción, proceso que empieza en la mente y luego sigue el camino descendente de los chakras hacia la manifestación. Una vez que discernimos el sentido de una situación, sabemos qué hacer, y las cosas se ponen de nuevo en movimiento.

Uno de los métodos más efectivos para equilibrar el séptimo chakra es la meditación bajo todas sus formas. De este modo se conecta directamente con la energía.

Estudiamos los chakras para saber que función desempeñan y así poder intervenir en caso de desequilibrio.


La teoría es que todos poseemos un mecanismo curador que fluye como una fuerza alrededor de nuestro cuerpo, mente y espíritu para mantenerlos en equilibrio. Pero el estrés, una dieta inadecuada, una actitud negativa y otros factores adversos pueden bloquear este mecanismo de autocuración, que al no funcionar correctamente hace que nos pongamos enfermos. Reiki nos proporciona la energía necesaria para poner de nuevo en acción nuestros mecanismos de autocuración.

La función de Reiki es liberar los bloqueos energéticos que la vida cotidiana produce en todas las personas, y que les afectan en sus aptitudes mentales y físicas.

Reiki actúa a todos los niveles y en todas las enfermedades: trastornos y molestias corporales, dolores agudos y crónicos, enfermedades degenerativas, bloqueos energéticos, tensiones musculares y nerviosas, estados de perturbación emocional, depresión y falta de vitalidad, nerviosismo, insomnio y estrés en sus múltiples aspectos. Diversas manifestaciones psicosomáticas como las alergias y el asma, pueden ser aliviadas por la acción de Reiki sobre el sistema inmunológico. Incluso en enfermedades graves como el cáncer o el sida, se reducen síntomas y también efectos secundarios de los tratamientos.

Reiki armoniza las distintas esferas del ser humano:

Equilibra y restaura la energía del organismo y favorece la capacidad del cuerpo para sanarse a si mismo.

Aumenta el nivel energético, proporcionando vitalidad física y anímica, revitalizando el organismo.

Equilibra los centros y circuitos energéticos y las funciones corporales.

A nivel psicológico, Reiki libera emociones reprimidas, armonizando al mismo tiempo la esfera psico-afectiva de la persona, produciendo un profundo estado de relajación, calma mental y serenidad de espíritu, muy beneficioso en casos de depresión y estrés. También permite profundizar más en los procesos mentales que nos mantienen atados a nuestros problemas.

A nivel físico, calma el dolor, refuerza el sistema inmunológico y fortalece el cuerpo ante cualquier enfermedad.


Dado que se movilizan energías durante este tipo de sesiones, deberemos tener en cuenta que el cuerpo eliminará toxinas. Básicamente hay cinco órganos a través de los cuales se eliminarán éstas:

1- la piel: a medida que el cuerpo elimina tóxinas podemos notar un incremento en la sudoración. También puede que aparezca un sarpullido o granos en la piel. Esto es poco frecuente.

2- el colon: puede ser que notemos un incremento en la frecuencia de las evacuaciones, un cambio en el color, olor o en la consistencia de las heces.

3- la orina: la función de los riñones es regular la cantidad de ciertos componentes de la sangre. Lo que se encuentre en exceso será conducido a la vejiga y se eliminará a través de la orina. Después de una sesión pueden producirse cambios en el color, olor, volumen y opacidad de la orina.

4- el sistema respiratorio: en ocasiones, algunas personas pueden desarrollar síntomas parecidos a un resfriado o una gripe a medida que los pulmones se limpian.

5- las emociones: llantos, risas, ansiedad, depresión pueden manifestarse durante una sesión. Todo forma parte del proceso dado que somos cuerpo, mente y espíritu. Intentar estar sanos ignorando estos aspectos es inútil y contraproducente.

Todos estos procesos son normales y una señal de que la energía está trabajando.

**Debemos advertir que la curación no siempre actúa a nivel físico; la enfermedad puede permanecer, pero la habilidad de hacerle frente mejora. A veces no funciona, ello puede deberse a que la persona enferma “bloquea” las fuerzas curadoras: algunas personas prefieren subconscientemente estar enfermas.


Reiki como concepto terapéutico surge a comienzos del siglo XX de la mano del sabio y teólogo Mikao Usui (1865-1926), quien reelaboró, sintetizó y actualizó las técnicas de sanación de un antiguo arte japonés, el Rei Jyutsu, conocimiento milenario proviniente en su mayoria de las filosofías Budista y Sintoista. Mikao Usui estableció los principios de Reiki mediante la utilización de las manos del terapeuta como elementos para equilibrar los campos energéticos de las personas.

Por lo que respecta al aprendizaje de los diferentes sistemas, se siguen manteniendo los principios tradicionales de acceso a los diferentes grados de conocimiento de Reiki. En el Sistema Usui Japonés existen tres niveles de aprendizaje: 1º- “Shoden” o Elemental, 2º- “Okuden” y 3º- “Shipiden” o Superior, y un cuarto nivel: la Maestría, que implica el más alto grado de formación. Además del Sistema Usui Japonés, existen otras modalidades como los Sistemas Tibetano Tántrico y Karuna Prakriti.

La graduación se establece de acuerdo al aprendizaje de diversas técnicas, todo ello controlado por un Maestro que evalúa los progresos y la correcta aplicación de las mismas antes de permitir el avance del alumno a través de los distintos grados de conocimiento y aplicación de Reiki.


METODOLOGÍA DE UNA SESIÓN REIKI.

Una sesión Reiki dura entre 20 y 50 minutos, según la técnica empleada en cada ocasión y persona. Se necesita una camilla y es aconsejable disponer de música especial para la relajación, ya que facilita la concentración de los pacientes. El paciente permanecerá tumbado sobre la camilla y tapado con una manta. En ocasiones extraordinarias en las que no se disponga de camilla, podrá utilizarse en su lugar una silla cómoda.

El trabajo lo realizará en su totalidad el terapeuta, utilizando únicamente sus manos. Una sesión completa estándar consta de 22 posiciones en las que el terapeuta dispone sus manos sobre diferentes partes del cuerpo del paciente.

El tiempo que pase el sanador en cada área viene determinado por las necesidades del cuerpo. Éste se estructura en tres secciones: cabeza, tronco y extremidades. Al finalizar se avisará al paciente de que la sesión ha terminado y se intercambiarán impresiones. Este momento es de gran importancia ya que constituye una fuente de información clave de cara al trabajo en próximas sesiones y a la evaluación de los progresos experimentados por el paciente.


Aunque se pueden apreciar resultados favorables desde la primera sesión, se aconseja una primera valoración tras la aplicación de cuatro sesiones continuadas, con un margen temporal de no más de dos días entre cada una. De todas formas el número de sesiones para cada paciente así como la duración de cada una será variable, ya que deberá adaptarse a la situación particular de cada uno de ellos.


ESTUDIOS CLÍNICOS.


***En 1990 se llevó a cabo un estudio sobre 46 voluntarios sanos a quienes se les practicó incisiones en los brazos. Veintitres de ellos fueron sometidos a tratamientos de Reiki, terapéuticos y vendajes estándar. Los 23 restantes fueron instalados diariamente en una habitación aislada pero no se les administró tratamiento alguno.Tanto el médico que efectúo los cortes como el técnico que midió las heridas desconocían la naturaleza del estudio.

Al octavo día el tamaño de las heridas en el grupo tratado era 10 veces menor que en el grupo de control. Al cabo de 16 días las heridas se habían curado en 13 de los 23 tratados con Reiki pero en ninguno del grupo de control.


***En 1988 se emprendió un estudio en conexión con el Reiki y las enfermedades cardíacas. Un grupo de pacientes cardíacos fueron divididos en dos grupos, a 192 se les administró Reiki, mientras que 201 no lo recibieron.

No se encontró ninguna diferencia significativa entre los grupos en aspectos tales como agrandamiento del corazón, edema pulmonar, hipertensión, fallo congestivo del corazón o medicación. Sin embargo, comparados con el grupo de control, los pacientes que recibieron Reiki tuvieron menos paradas cardiopulmonares, intubación/ventilación o fallos congestivos del corazón, también necesitaron menos tratamiento con fármacos.


***En 1986 en un estudio sobre 60 pacientes que padecían cefaleas provocadas por la tensión, a la mitad de ellos se les administró Reiki y tratamiento terapéutico, el resto se sometió a un tratamiento placebo. Los resultados indicaron que los pacientes que habían recibido Reiki gozaron de un mayor y más prolongado alivio de las cefaleas que el grupo de control.


Por último, debemos recordar que Reiki es reconocido como “Tratamiento Complementario” por la Organización Mundial de la Salud, la Seguridad Social Británica o el Instituto de Salud de los Estados Unidos y funciona con gran éxito en diversos hospitales ingleses, norteamericanos, alemanes, japoneses y españoles (Ramón y Cajal y Doce de Octubre).








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